domingo, 1 de abril de 2007

El sensor de actividad

Nuestro cuerpo sufre vibraciones cuando se mueve, si el movimiento es lento y suave, por ejemplo pasear, las vibraciones son de poca intensidad, si el movimiento es rápido y brusco por ejemplo saltar, las vibraciones son de mayor intensidad.
El sensor de actividad mide estas vibraciones por lo que sabe si estamos quietos o nos movemos. Conociendo nuestro grado de actividad, este sensor puede ajustar la frecuencia cardiaca del corazón a las pulsaciones necesarias para realizar el ejercicio que deseamos sin más cansancio que el que nos imponga nuestra condición física.
La ventaja de este tipo de sensor es que responde muy rápido ante la presencia de ejercicio. El gran inconveniente es que no responde a emociones. Si nos ponemos nerviosos, si estamos angustiados, si estamos enfermos…. Etc. El sensor no aumenta la frecuencia cardiaca de nuestro corazón.
Como ejemplo y consejo para aquellos que sean portadores de este tipo de sensor, en unas relaciones sexuales, el hombre tendrá una mayor erección del pene si está encima de su pareja, pues es él quien se mueve, si está debajo, al estar más pasivo, el sensor apenas responderá con el aumento de frecuencia cardiaca necesaria para mantener una buena erección.

más noticias de salud en www.vivirmejor.es

Entre los sensores de actividad cabe distinguir dos grupos. Los de actividad puros y los acelerómetros.

Los de actividad puros, responden a cualquier vibración de nuestro cuerpo, tanto si es por movimiento propio o por que nos mueven. Si vamos en autobús, especialmente si estamos sentados en el asiento situado sobre una de las ruedas traseras, nuestro cuerpo vibra con los baches y por tanto el sensor acelera nuestro corazón como si estuviéramos andando rápido o saltando. Si al saludarnos alguien nos da golpes en la espalda o nos zarandea, el sensor también acelerará a nuestro corazón.

Para evitar muchos de estos artefactos se diseñaron los acelerómetros. Estos sensores de actividad responden aumentando la frecuencia del corazón, sólo si las vibraciones son antero - posteriores (las que presenta nuestro cuerpo al andar) o si aumentan de forma progresiva. En el ejemplo del autobús, el sensor detectará vibraciones verticales, de arriba abajo. Si nos zarandean, el sensor detectará unas vibraciones bruscas y aunque intensas no progresivas. En ambos casos, el sensor no aumentará o aumentará muy poco, la frecuencia del corazón.
Las vibraciones que genera un organismo con su movimiento, varían según nuestro físico y según como nos movemos. Para que este tipo de sensor indique la frecuencia cardiaca idónea para la actividad realizada, es preciso unos 30 días después de implantarlo, medir el grado de vibraciones de la persona a la que se le ha implantado y ajustar la frecuencia de respuesta de acuerdo con ellas.
Una mala programación puede originar taquicardias (aceleración excesiva del corazón) o una respuesta insuficiente del sensor. En ambas casos la persona que lo porta, puede tener síntomas, como palpitaciones o un cansancio desproporcionado para la actividad que está realizando.

más noticias de salud en www.vivirmejor.es